(Precepto Délfico)

En el diván, en la consulta del psicoanalista, una película es una historia que se cuenta para encontrar el sentido perdido de la vida. Es el modo de conocerse a uno mismo, y de conocer así la relación que uno tiene con el mundo, con los demás. Cada uno tiene su película.

 

Luego están las películas que vemos. Estas son películas de otros. De directores, de guionistas, de músicos, de actores. Pero también son de los que las ven. Cada uno ve su película, aunque, como las personas, estos visionados pueden parecerse entre sí.

 

En este espacio me he propuesto ofrecer mi visión de las películas que veo. Es una visión filtrada por el psicoanálisis, a la vez que por mi propia historia. En esta visión se encuentran, de algún modo, las visones de unos artistas y la mía, en cuanto todos somos personas con algo en común. Todos somos parte de una misma cultura, la cultura humana. “Cultura”, en psicoanálisis, es ese espacio de códigos, normas, o leyes, que todos debemos aprender de nuestros padres, y a los que todos nos sometemos al nacer. “Cultura” es, básicamente, lo que nos permite entendernos y respetarnos. En definitiva, convivir.

 

Pienso que puede ser útil leer una visión como ésta, pasada por estos filtros. El psicoanálisis es, en mi opinión, la mejor herramienta de conocimiento personal que existe. Cuando Freud la creó, se propuso ir donde nadie había ido antes, a las causas profundas de la enfermedad y del sufrimiento. Era una meta que nadie se había puesto antes, y nadie se ha puesto después.

 

Todos aquellos que se acerquen aquí para leer lo que he escrito también podrán compartir algo de esto. De las visiones de aquellos artistas y de la mía, con las que por la relación que nos une a todos, la pertenencia a la cultura, podrán sentirse en algún grado identificados.